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Ordesa día 2: Los 10 tresmiles de la "Corona de Gavarnie"

A las 6:00 de la mañana suena el despertador. La noche no ha sido fresca pero dentro de la cueva hay bastante humedad.



21 Agosto 2011

A las 6:30 nos vamos con una mochila ligera y un par de bastones a por el primer tresmil de la jornada. Por la brecha todavía tiramos de frontal y hasta el Dedo del Taillón no podemos hacer fotos medio decentes.



Vistazo atrás, con toda la cresta que haremos más tarde.



Los primeros rayos de sol nos alcanzan antes de llegar al Taillón. Silueteados, el Astazou grande, el Marboré, el Cilindro y el Monte Perdido.



Valió la pena madrugar.



Pequeña cresta a escasos metros de la cima.



La sombra del Taillón es alargada.



Hay quien ha dormido a más altura que nosotros.



Desde la cumbre perdemos unos metros hacia el suroeste (hitos)y flanqueamos hacia la vertiente de los Gabietos por un hombro de roca gris.



Toca descender una canal de roca descompuesta y seguir trazas de sendero hasta alcanzar el collado de Gabieto (2.938 m).



Grietas rollo glaciar.



Por detrás, la impresionante cara Oeste del Taillón. Tranquilos que no hay nada formado aún…



Gente en la cumbre del Taillón.



Prácticamente sin apoyar las manos se llega a la cima del Gabieto Oriental (3.031 m), segundo tresmil del día.



Entre los dos Gabietos, cresta muy fácil y aérea.



No era para tanto el paso.



Cima del Gabieto Occidental (3.034 m) a las 09:00.



Deshacemos el camino de ida (sin pasar por el Gabieto Oriental) y flanqueamos el Taillón a media altura.



En el Dedo del Taillón ya hay más luz que cuando pasamos antes de amanecer.



Pano de dos fotos camino a la brecha.



Mientras recogemos las cosas del vivac, se forma un buen atasco en el nevero de la parte francesa.



Para ir al Casco vamos a innovar un poco. Nos convertiremos en otorrinos como ya hizo Eider y entraremos por la cueva.



Con las indicaciones del repor de Azkárate no hay pérdida. Simplemente hay que coger la faja que sale antes de llegar al paso de los Sarrios.

Nos despedimos de la Brecha



y nos internamos en la pequeña faja.



Por debajo, un grupo en el paso de los Sarrios. Hay que ir con cuidado de no tirarles ninguna piedra suelta.



Para llegar a la cueva sólo nos quedan unas trepadas con roca rota.



Fácil, pero hay que ir con ojo.



Parabolt con cintajo que no nos sirve de nada ya que vamos sin cuerda.



Otra zona más vertical



con una cadena prehistórica



y llegamos al interior de la cueva. Pequeña cascada de agua y un cordino en un bloque a modo de reunión.



Ahora tenemos que ir al fondo de la cueva y trepar por una chimenea (IIIº) de 4 metros con buenas presas. Rollo hueco de ascensor.



Puede ser útil el frontal para mirarse los pies al subir.



Después de la chimenea salimos a una rampa fácil e inclinada pero tan estrecha que no cabemos con la mochila.



Yóland sigue hacia arriba buscando la luz y yo le voy pasando las mochilas.



El hueco final es tan estrecho que pasamos por fascículos (culos fascistas?). Primero Yolanda, luego los bastones, luego una esterilla, luego una mochila, otra esterilla, otra mochila y finalmente un señor con gorro verde.



Ya en el mundo exterior, vemos que aun nos queda un rato para llegar a la cumbre del Casco.



Vistazo atrás, ya estamos por encima de la barrera de rocas que viene de la brecha.



Por delante, canales descompuestas donde ganar desnivel rápidamente.



Siguiendo hitos y con alguna pequeña trepada





llegamos a la cumbre del Casco sobre las 12:30.



Un “sólo” de guitarra...



...unas fotos hacia la cresta que nos queda por hacer.



Y nos vamos a por el siguiente pico: la Torre de Marboré. Pinta bien, no hay ni rastro del nevero inclinado que suele cubrir todo el corredor de acceso.



La calvorota del pico del Descargador nos vigila desde lejos.



Hoy es el día más complicado para conseguir agua. Tanto cresteo no nos asegura conseguir agua, así que cuando vemos unos hilillos (de plastilina?) correr por unas rocas, no dudamos en sacar la funda de los croquis y cargar agua al estilo Bear Grylls.



Sin más complicaciones llegamos a la cumbre de la Torre de Marboré. Un posado junto a la cascada de Gavarnie



Y la foto de cima.



Este tramo de la cresta es el que mejores vistas tiene sobre Gavarnie. La cascada nos regala una explosión de “arcoirises” multicolores.



Continuamos por terreno sencillo hasta llegar a la espalda de la Espalda de Marboré.



Algunos neveros horizontales que se pasan bien con las zapatillas



Y vamos rodeando la muralla de rocas para encontrar la manera de entrarle a la siguiente cima.

Éstos van más rápido y tienen mejores vistas.



Paramos a picar algo y estudiamos bien la reseña de Igertu. Desde aquí la muralla parece infranqueable.

Entramos a la pared por donde parece más fácil. Pasos en travesía con buena roca pero muy expuestos.



Después de un rato de tensión, las dificultades decrecen, aparecen los hitos y una pequeña senda colgada.



No nos hemos embarcado demasiado. La trepada es de ir con ojo. Igual que en la cueva que sube al Casco, más que recomendable no ir con mochila muy pesada o muy voluminosa.

Una vez terminada la trepada, el paisaje cambia por completo.



LLanazo de piedras hasta llegar a la cumbre de la Espalda de Marboré.



Ya hemos pasado las únicas dificultades del día y vamos confiados en terminar la cresta.

El pico Occidental de la Cascada se hace rápido y fácil. Séptimo tresmil del día.



Curioso pliegue rocoso junto a la cumbre.



En ese vivac entre el pico Occidental y el pico Central de la Cascada pasaremos la noche. Nuestra idea era ir a investigar la cueva que hay en la muralla del Cilindro pero no sabemos su estado y aun nos queda lejos.



Mejor dejamos peso y nos vamos otra vez con una mochila ligera a por los 3 picos que nos queda por hacer.

Pico Central de la Cascada.



Trepadas de acceso al pico Oriental de la Cascada, justo después del cambio de color de la roca (de gris a marrón).





En el pico Oriental de la Cascada, José Mourinho me mete el dedo en el ojo.



En esos neveros entre el pico Oriental y el Marboré, cogeremos agua a la vuelta.



La cumbre del Marboré, ancha como ninguna y con el Cilindro al fondo.



Décimo tresmil del día, sólo queda volver al vivac y descansar.



Un nevero que quiere ser lago.



A la vuelta iremos a media altura sin pasar por las cumbres de los picos de la Cascada por terreno más o menos cómodo.

Una vez en el vivac, descubro que en mi Camelback hay más vida que en Marte. Un gusano disfruta de lo lindo comiendo musgo, moho y tierra.



Aspecto general del vivac. En pleno collado y muy expuesto al fuerte viento del Sur que hubo durante toda la noche. Las mochilas hicieron su función y nos protegieron del viento.



Una curiosidad. Mi saco de dormir, hinchado por el viento, mostrando una marca de arroces en lo más hondo de su ser. Será útil para algo?



Antes de que se ponga el sol ya estamos con ganas de dormir.



Atarceder sobre el Taillón y el Vignemale. Espero que esas nubes del fondo no sean el frente que anunciaban para esta tarde.



Con la mosca detrás de la oreja nos vamos a intentar dormir. Si nos deja el fuerte viento…



Mapa del recorrido:

2 comentarios:

  1. Solo decirle a mahurino que eso en la cumbre de un monnte asi no se hace!quitar esas vistas...
    Por lo de mas...en dos palabras...IN CREIBLE el paseito y el hotel que os habeis buscado!
    Mu buenas
    Gontzal
    http://alrepecho.blogspot.com/

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  2. Es un gesto muy feo meterse el dedo en el ojo en plena cumbre. Y además un mal ejemplo para los niños que entran en este blog ;)

    Gracias por la visita Gontzal!

    Circomarco

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